RUTA SENDERISTA POR LA LOMA DE LOS ESCALONES (SIERRA DE CÓRDOBA)

DATOS HISTÓRICOS

Os proponemos una ruta senderista por un antiguo camino de la Sierra de Córdoba: La Loma de los Escalones. Se trata de la primera etapa de una vía natural que unía los valles del Guadalquivir y del Guadiana. En época romana por este camino bajaba a Córdoba el cobre de las minas de Cerro Muriano, así como el plomo y la plata de Sierra Morena y el mercurio de Sisapo. Más recientemente, transitaban por aquí los rebaños de la Mesta.

La ruta que presentamos, además de su gran interés histórico y su no menor atractivo geológico, atraviesa bellos paisajes de bosque mediterráneo poblados de encinares. El itinerario, de 5 km de longitud, podéis descargarlo aquí (con los datos GPS de localización). Una selección de fotografías del recorrido podéis verla en este enlace. Si queréis disponer de este documento en formato pdf podéis descargarlo aquí.

 

 

Lo que hoy conocemos como Loma de los Escalones, en el entorno del Santuario cordobés de Nuestra Señora de Linares, se integraba en los tiempos de Roma en una vía que unía las capitales de la provincia Bética (Colonia Patricia Corduba) y de la Lusitania (Colonia Emerita Augusta). Dos miliarios encontrados en el tramo cordobés de la calzada, datados en tiempos de Nerón y de Constantino, confirman el interés de este antiguo camino en los tiempos del Imperio. Esta vía, que unía Córdoba y Mérida, en su primer momento debía afrontar el gran escalón que existe entre el valle del Guadalquivir y las alturas de Sierra Morena, lo que hace que en algunos tramos hubiera de ser trazada a cincel y martillo en la propia roca. La vía romana que vamos a seguir en estos parajes salía de Córdoba por la puerta norte de la ciudad, conocida como puerta del Pretorio (actual puerta del Osario, en la Plaza de Colón). Desde aquí se encaminaba al arroyo de Pedroche, que salvaba a través de un puente que todavía se conserva, para luego dirigirse al lugar que hoy ocupa el Santuario de Linares.

El camino seguía en uso en los tiempos medievales, existiendo noticias del geógrafo musulmán Edrisi que nos confirma que desde Córdoba hasta el castillo del Vacar, situado más allá de Cerro Muriano, existía una jornada de camino. Más recientemente transcurría por estos parajes la Cañada Real Soriana, que tras arribar desde las tierras de Extremadura al castillo del Vacar bajaba a Córdoba pasando por la venta del Castillo, la venta de los Romanos (en el entorno de Cerro Muriano), la Loma de los Escalones, el arroyo de Linares (que salvaba por un puente de origen romano que todavía se conserva), el Santuario de la Virgen de Linares y, finalmente,  otro puente romano sobre el arroyo de Pedroche, ya en las inmediaciones de la ciudad.

Hoy día el camino contiene el sendero de gran recorrido GR-48 y el camino mozárabe de Córdoba a Santiago de Compostela.

DESCRIPCIÓN DEL ITINERARIO

La excursión que proponemos tiene 5 km de recorrido y arranca de las inmediaciones del Santuario de Nuestra Señora de Linares. Aquí se llega por la N-432 y a unos 3 km de Córdoba nos salimos de la carretera en dirección al Santuario (indicado). Unos 100 m antes del santuario hay una explanada en una curva muy cerrada a la derecha. Ahí podemos dejar el vehículo. Enfrente se inicia la cañada real soriana, indicada en un panel (hito 1).  Nosotros aparcaremos el vehículo y tomaremos una senda que surge, en esa curva, a nuestra izquierda. En este primer tramo, de unos 150 metros, el arroyo de Linares transcurrirá a nuestra derecha, acompañado por una profusa vegetación de ribera. También se puede iniciar la ruta por la pista de la derecha pero no pasaríamos por el puente romano. En cualquier caso, después se unen los dos senderos.

Muy pronto contemplaremos un puente romano (hito 2) que salva las aguas del arroyo, que hemos de cruzar. Estamos a 150 m de altitud. Se trata de una construcción de origen romano, que cuenta con un solo arco y que está levantada con bloques pétreos. El arco es de medio punto y su luz alcanza los 2,55 metros, en tanto que la vía tiene un ancho de 2,26 metros.

Cruzado el puente, hemos de tomar el camino que se adentra en la Sierra, teniendo cuidado de dejar a nuestra izquierda el arroyo de Linares y a nuestra derecha el denominado arroyo de Balanzonilla. Entre ambos arroyos transcurre nuestra ruta. Probará que nos encontramos en el camino adecuado el hecho de que en unos minutos nos toparemos con el Cortijo de los Velascos. Hay que abandonar el camino más despejado, que es para ciclistas y empezamos a ascender por el sendero pedregoso que está indicado con las señales del camino de Santiago y con las amarillas del camino mozárabe que coinciden en algunos sitios con las blancas y rojas del GR-48. A medida que vamos ganando altura podemos disfrutar de una bella perspectiva del valle del arroyo de Linares, en el que destaca la silueta del cortijo, al fondo, con las imágenes del Santuario y de la propia ciudad de Córdoba detrás. El ascenso es suave y breve.

A medida que ascendemos, la calzada va presentando uno de sus tramos más abruptos, con algo de pendiente. La vía tiene una anchura que oscila entre 3,60 y 3,30 metros (unos 12 pies romanos), destacando como en algunos lugares ha tenido que ser excavada en la propia roca, buscando con ello suavizar la fuerte diferencia de nivel que presenta aquí la sierra.

Llegamos a una zona desprovista de vegetación, con estratos bien visibles (hito 3). Aquí hay un yacimiento de fósiles, destacando lo que puede ser un mejillón gigante de dos metros con más de 200 millones de años de antigüedad. En las paredes de la derecha del camino hay ammonites mal conservados. En breve, se nos une por la izquierda la pista que dejamos (para ciclistas). Hay una cancela para animales sueltos que se cruza (hito 4) y dejaremos cerrada al pasar.

Seguimos andando y llegamos a una bifurcación donde hay unas torretas de la luz. Hay que seguir a la izquierda (las flechas amarillas están pintadas en las torretas). Aquí hay otro cartel indicativo de la cañada real soriana. Ahora se empieza a subir de nuevo por la Loma de los Escalones. Aquí se observa bastante bien el por qué se llaman así. También se observa bastante bien la calzada romana, abierta a pico, confundiéndose a veces con los estratos. En general, las vías romanas que recorrían la actual provincia de Córdoba se levantaron utilizando la técnica de la "via glarea strata", es decir, son pavimentos reforzados con guijarros, como sucede en el camino que estamos siguiendo.

La zona es de bosque mediterráneo bien desarrollado (algarrobos, acebuches, encinas, quejigos,…). Las vistas son espléndidas.

Desde la Loma de los Escalones la calzada se encamina en dirección a Cerro Muriano, en donde existían importantes minas de cobre en la antigüedad. Desde la Loma el camino sube y pasando otra cancela (hito 5), que debe dejarse cerrada, se llega a la Mesa de los Escalones (300 m de altitud).  Aquí hay una cantera  (hito 6) que se ha llevado por delante la antigua cañada. Esta zona tiene también abundantes restos fósiles. Seguimos adelante y en pocos metros nos toparemos en el centro de la pista con un algarrobo de más de 500 años de antigüedad (hito 7) que ha sido cortado en su copa para que pasen los cables eléctricos. Este algarrobo está inscrito en el Catálogo de Árboles singulares de la provincia de Córdoba.

Desde aquí se puede retornar por el mismo camino que hemos llevado, o bien seguir adelante, como hemos hecho nosotros, y en algo más de 1 km,  desembocar en la carretera N-432 al lado de la Villa Enriqueta (hito 8). Es el fin de nuestro recorrido. Estamos a 375 m de altitud.

 Destaca en esta ruta el notable interés geológico de algunos de los parajes por los que se transita, en los que se pueden contemplar plegamientos rocosos con ricas estratigrafías que abarcan desde conglomerados del carbonífero hasta areniscas del cámbrico. La riqueza de fósiles y la belleza de las formaciones rocosas atraen a muchos amantes de la Geología que buscan profundizar en el proceso natural que culminó en el nacimiento del valle del Guadalquivir. Para estas personas, la Loma de los Escalones brinda una magnífica oportunidad de conocer los vestigios de un cañón, en otros tiempos submarino, que se localizó en este lugar hace más de 300 millones de años, en unos tiempos en que Andalucía estaba cubierta por las aguas del mar.

                       

© Demetrio Calle Martínez