CIENCIA Y
DOCENCIA |
Páginas personales de Demetrio Calle Martínez |
La gran cantidad de biotopos que podemos encontrar
en Quesada hacen que su riqueza faunística sea inmensa. Nos centraremos en
aquellas especies sometidas a la presión humana que encuentran en nuestras
sierras uno de los pocos lugares aptos para vivir y reproducirse. También
citaremos aquellas que por su abundancia o por sus peculiares adaptaciones al
medio ambiente gozan de gran importancia ecológica.
La cabra
hispánica o macho montés (Capra pyrenaica hispanica) es el mamífero mejor adaptado a la especial
orografía de la sierra. Ocupa las zonas más altas, entre riscos, aunque no es
difícil observarlo a menor altura cerca de los olivares, sobre todo en
invierno. Puerto Llano, Puerto de Tíscar y El Chorro son lugares apropiados para
verlos en grupos numerosos, sobre todo a los machos, ya que las hembras se
reúnen pero en agrupaciones de pocos individuos (diez o quince a lo sumo). Al
llegar el periodo de celo (Diciembre-Enero), los grupos de machos se van
separando y comienzan los combates chocando las cuernas fuertemente. Cada macho
se rodea de unas siete a diez hembras que una vez preñadas se separan del grupo
yéndose a parir a sitios escondidos como cuevas, grutas, escarpados, etc. Ahí
creen tener protegidas a sus crías de su depredador más importante: el águila
real. No obstante su peor enemigo ha sido el hombre que ha ido desplazándola
hacia lo alto y empequeñeciendo sus poblaciones al introducir especies como el
muflón y el gamo que compiten generalmente por los mismos pastos sobre todo en
épocas secas. Es una especie de gran interés cinegético por su abundancia (ha
llegado a tener en toda la Sierra de Cazorla y Segura
una población de 6.000 individuos). Es necesario controlar de forma eficiente
su caza teniendo en cuenta además que ya no existe en la sierra uno de sus
depredadores naturales, el lobo, aunque han aparecido otros, como los perros
asilvestrados y el zorro, que atacan sobre todo a las crías.
El muflón (Ovis
musimon) no es una especie
autóctona. La introdujeron junto con el gamo en la década de los sesenta. Se
reproduce durante el mes de Noviembre con hábitos muy parecidos a los del macho
montés. En cuanto al hábitat prefiere el sotobosque de las alturas a los riscos
y escarpados. El ser confiado le proporciona desventaja frente a los cazadores.
Se les puede observar agrupados en las cercanías del Arroyo de los Tejos y
desde ahí hasta el pico Cabañas. Su enemigo natural, de los ahora existentes,
es el águila real.
El ciervo (Cervus elaphus) es autóctono aunque hubo que reintroducirlo en
1952 pues sufrió un descenso de población importante que le llevó a la
extinción. En el mes de Septiembre avisa con la berrea que empieza a prepararse
para la reproducción. Las luchas producen a veces heridas mortales dado lo
afilado de las puntas de las cuernas. Estas se mudan en abril y completan su
desarrollo hacia el mes de junio. Las crías no se separan de las madres
mientras que los machos suelen vivir solos. Prefiere las zonas boscosas y no
tiene muchos enemigos aunque los perros asilvestrados suelen atacarlos con
frecuencia. También es fácil observarlos en zonas altas que tengan abundancia
de pastos.
El gamo (Dama dama), como el muflón, fue introducido adaptándose
perfectamente a nuestras sierras hasta el punto que, con el ciervo y muflón,
desplazó y eliminó a uno de los herbívoros autóctonos: el corzo (Capreolus capreolus). Entra en celo en
Octubre y para Mayo aproximadamente nacen las crías, normalmente una por parto.
Mudan la cuerna, en forma de pala, en el mes de abril como los otros cérvidos.
Las hembras son mochas. Habitan en zonas boscosas con praderas intercaladas.
Sus enemigos son los perros asilvestrados.
El jabalí (Sus
scrofa) es autóctono y
hubo de ser reintroducido en la década de los cincuenta. De régimen omnívoro y
hábitos más bien nocturnos se encuentra muy extendido por nuestras sierras.
Entran en celo ya avanzado el invierno. En esta época los machos se agrupan en
manadas. Después sólo quedan agrupadas las hembras y los machos más jóvenes en
grupos de 8 a 10 individuos. Las crías llamadas jabatos, se distinguen por las
bandas longitudinales blancas de los flancos y dorso. Sus enemigos naturales
son las rapaces y el zorro, que atacan sobre todo a las crías, ya que los
adultos suelen defenderse extraordinariamente bien con sus peligrosos
colmillos. Es fácil averiguar las zonas por donde merodean por las numerosas
muestras de su presencia que dejan. Destacan los revolcaderos que son zonas
embarradas donde se bañan para eliminar parásitos. Excavan en el suelo para
alimentarse de raíces y bulbos.
Entre los carnívoros, destaca el zorro (Vulpes vulpes). Se extiende por casi todos sitios debido a su
capacidad de adaptación para vivir y comer. Normalmente nocturnos, también
pueden verse durante el día sobre todo en las zonas más inaccesibles a sus
depredadores y al hombre. A pesar de la amplitud de su régimen alimenticio,
muestra preferencia por los roedores y lagomorfos, convirtiéndose en un
depredador importante para el mantenimiento de sus poblaciones.
El gato
montés (Felis
silvestris). Es un animal de
costumbres nocturnas que suele verse casi siempre en solitario. Gran cazador de
roedores, anfibios y reptiles, no duda en subir a los árboles y saltar sobre
cualquier ave y sus nidos. Importante como depredador controlador de
poblaciones.
La comadreja (Mustela nivalis), es un pequeño carnívoro de menos de 100 g de peso
pero de gran actividad cazadora. Se alimenta de roedores. Es de hábitos diurnos
y nocturnos. La garduña (Martes foina) también está muy extendida. Del tamaño de un gato,
es fácilmente distinguible por la mancha blanca de la garganta dividida en dos
partes. Es nocturna y solitaria. Se alimenta de roedores, anfibios y reptiles.
Excelente trepadora, da buena cuenta de nidos, pollos y aves adultas.
La nutria
(Lutra
lutra), mamífero
nadador, vive cerca de los ríos y arroyos.
Se han visto señales de su presencia en el tramo alto de los ríos Béjar
y Extremera y en la Cañada de las Fuentes. Se alimenta fundamentalmente de
peces y es de costumbres crepusculares.
El tejón (Meles meles) no abunda en nuestra sierra. Además, es difícil de
observar pues sale poco de la madriguera. Tiene un régimen alimenticio amplio
por lo que a veces baja hasta los sembrados y huertas.
El turón (Putorius putorius) aprovecha, como la nutria, los cursos de agua para
desarrollar sus actividades. A diferencia de aquella es omnívoro.
La gineta (Genetta genetta) es abundante. Trepa muy bien a los árboles desde
donde puede saltar a gran distancia. Prefiere las zonas boscosas. Se alimenta
de animales muy diversos.
Entre las especies que constituyen importantes eslabones
en las cadenas tróficas por servir de base alimenticia de muchos depredadores,
podemos citar la liebre
común (Lepus capensis), y el conejo
(Oryctolagus cuniculus). La primera prefiere zonas menos llanas que el
segundo. Su velocidad es la principal arma frente a los depredadores. También
representan una base alimenticia importante el lirón careto (Eliomys quercinus), fácilmente distinguible por su antifaz o careta,
el ratón de
campo (Apodemus silvaticus), crepuscular y nocturno, la ardilla (Sciurus vulgaris),
roedor arborícola por
excelencia, etc.
Las aves están muy bien representadas en los bosques y
campos de Quesada. Entre las rapaces abunda el gavilán (Accipiter nisus), que prefiere la espesura del bosque, pero cerca de
cultivos; el águila
calzada (Hieraetus pennatus), caracterizada por los tarsos emplumados, el águila culebrera (Circaetus
gallicus), de vientre claro
y dorso pardo grisáceo, y el águila
perdicera (Hieraetus fasciatus), con una banda diagonal negra en la parte inferior de
las alas. Merece mención especial la reina de las rapaces en estas zonas, el águila real (Aquila
chrysaethos) que
vive en las zonas más altas y rocosas. Entre las rapaces de tamaño más pequeño,
podemos citar el halcón
peregrino (Falco peregrinus), muy cosmopolita, el alcotán (Falco subbuteo), el cernícalo
vulgar (Falco tinnunculus), y el cernícalo
primilla (Falco naumanni), algo más pequeño que el anterior. Y, por último,
entre las rapaces nocturnas, abundan especialmente la lechuza común (Tyto alba), muy ligada a las poblaciones, y el mochuelo común (Athene noctua), que prefiere terrenos abiertos de labor, jardines,
huertas, olivares, etc.
En el grupo de los buitres son frecuentes el alimoche (Neophron
percnopterus),
especializado en romper huevos de ave aunque come todo tipo de desechos, y el buitre común (Gyps fulvus).
Con estos ejemplos creemos que es suficiente para
calibrar la importancia de la avifauna de Quesada. Resulta obvio que no hemos
incluido la gran cantidad de especies de pájaros que pueblan estos bosques,
caminos y tierras de labor pues harían interminable y demasiado densa para
nuestro propósito esta relación.
Nos referiremos por último a los anfibios y reptiles, que
son vertebrados poiquilotermos, es decir, no son capaces de regular la
temperatura interna de su organismo, por lo que los encontramos en zonas más
templadas y cálidas. Desarrollan su actividad en primavera y verano, sobre
todo. Citaremos la salamandra
común (Salamandra salamandra), que se puede ver cerca de los cursos de agua
cuando llega la época de su reproducción, el gallipato (Pleurodeles watl), el sapillo
pintojo (Discoglossus pictus), el sapo
partero (Alytes obstetricans), la rana
verde (Rana perezi), el galápago europeo (Emys
orbicularis), la lagartija de Valverde (Algyrioides
marchi), un endemismo de
esta sierra, el lagarto
ocelado (Lacerta laepida),
la culebra
bastarda (Malpolon monspessulanus), la culebra
de escalera (Elaphe scalaris), la víbora
común (Vipera berus), etc.
[Inicio] [Bibliotecas y Centros de
Documentación] [Ciencia]
[Actualidad Científica]
[Temas científicos por
materias] [Docentes]
[Enciclopedias]
[Rutas por Espacios Naturales y
Reservas Mundiales] [Recursos
científicos y didácticos] [Visitas de interés científico y didáctico] [Universidades] [Cuevas Prehistóricas y Arte rupestre] [Yacimientos paleontológicos
] [Galería de fotos]
[Relatos] [Viajar por el mundo]
[e-mail]
Eres la visita {=gris}